lunes, agosto 31, 2009

Nietzsche y el Comunismo (V): la Contrailustración reaccionaria


Pathein Mathein: la educación reaccionaria y ¿racista? del futuro:


“La mayor parte de los hombres no tiene ningún derecho a la existencia: sólo son una plaga para los Hombres Superiores”

(VP, IV, 316)


El plan educativo de reformas que Nietzsche presenta para las masas a lo largo de las conferencias en la Sociedad Académica de Basilea a lo largo de 1872 tiene un primer nivel de formación elemental, Gehorsam zu lernen, de aprendizaje para la obediencia/sumisión y anulación de todo atisbo de autonomía. A las clases inferiores, los nichtGenien, se les debe proveer de educación estilo dórico, pathein mathein, instrucción con sufrimiento. A lo sumo se las debe mantener en la sana ignorancia, la auto represión, la carencia de Ressentiment/envidia (un lugar común en los reaccionarios de la época, de Taine, a Tocqueville) y el amor al destino que les tocó en el eterno orden jerárquico de la Naturaleza, tal como lo describe Hesíodo para los campesinos (a quien Nietzsche nombra como referencia en sus guiones del discurso). En la tercera conferencia Nietzsche vuelve a pedir acción y lucha para demoler la Ilustración popular de Bismarck y el IIº Reich: “¿Por qué necesita el Estado alemán ese número excesivo de escuelas y profesores? ¿Con qué objeto es esa ‘Formación Popular’ y esa ‘Ilustración del Pueblo’ (Volksbildung und Volksaufklärung) tan ampliamente difundidas? Porque se odia al Espíritu Alemán auténtico (echte deutsche Geist), porque se teme la Naturaleza aristocrática de la auténtica ‘Formación’ (die aristokratische Natur der wahren Bildung), porque propagando y alimentando las pretensiones de ‘Formación’ en la Multitud (Vielen) se quiere incitar a los grandes Líderes (der grossen Führer) a buscar un exilio voluntario, porque se intenta escapar a la severa y dura selección (der strengen und harten Zucht), haciendo creer a la Masa (Masse) que encontrará por sí sola el camino, ¡bajo la luz de guía del Estado!” Nota adicional: la frase más polémica de Nietzsche en este párrafo es Zucht, las masas son incapaces de soportar la selección (dura y severa) que en su acepción primaria en idioma alemán significa cría, raza, cultivo de animales vivos, domesticar y amansar. La traducción española desvirtúa el significado, desaparece por completo, quizá debido a que se basa en la versión italiana de Giorgio Colli, que (como Vattimo) es un maestro en el arte de “alegorizar” los textos de Nietzsche, “humanizándolos” o directamente haciendo trasvestismos filológicos y gramaticales sin avisar. Parece increíble pero el lector avezado deberá, gracias al Nietzschéisme, incluso cuidarse de las traducciones al español y volver a los textos reales de Nietzsche en el idioma original. Para leer adecuadamente a Nietzsche en español… ¡debemos aprender alemán! Lo interesante es que para Nietzsche en el IIº Reich, esa monarquía social que lo ha desengañado, hay ya demasiadas escuelas, demasiados profesores y demasiados alumnos provenientes de la multitud plebeya. Y aunque la justificación exotérica de la reforma pedagógica sea la libertad, la autonomía moral o la movilidad social, el motor absconditus no es más que el puro Ressentiment plebeyo, los nichtGenien, la moral del esclavo, la Sklavenmoral que odia al auténtico Geist germano y teme las consecuencias de la Naturaleza aristocrática. La entera cultura del Reich guillermino ya no gira entorno a la creación y mantenimiento de los genios y la raza noble, sino del tipo medio de la masa, den gemeinen Mann als Arbeitssklaven und Lasttier, el hombre vulgar como esclavo del trabajo y animal de carga, como el mismo Nietzsche lo define. Y este Ressentiment diríamos fisiológico, parte como Nietzsche repite de un physiologisch verschieden-gravitierende Typen, es además adocenado, alimentado y agitado desde el estado (infectado de Hegelianismus), la prensa liberal y, por supuesto, los odiados “Predicadores de la Igualdad”, los tribunos liberales, socialistas, comunistas y anarquistas. Ellos inflaman al hombre inferior, a los superfluos de lo que Nietzsche denomina Fieberdurst nach Beförderung, una sed febril artificialmente fabricada en el Progreso. De nuevo entre el Nietzsche maduro y el Nietzsche joven vemos que existe un endurecimiento de sus primeros pensamientos de juventud, una radicalización política que conduce a una continuidad sorprendente: en Humano, demasiado humano desarrollará más en detalle la Psychologie des Ressentiments de las masas, de los hombres inferiores, los superfluos, definiéndola como una auto inhibición de la Venganza (Rache): “concebir un pensamiento de venganza sin tener ni el esfuerzo ni el valor necesario para realizarlo, equivale a sufrir un mal crónico, una especie de envenenamiento del cuerpo y del alma.” (Menschliches, Allzumenschliches, aph. 60) Esta debilidad fisiológico-psicológica bien homogénea, Nietzsche califica sin pudor a la multitud como una “Raza” (Rasse), es de la que aprovechan los tribunos socialistas y comunistas (que engendran valores a partir de ello: la dignidad del hombre, etc.) para construir su política, crear falsas necesidades y expectativas y es la base material sobre la que se afirma el estado hegeliano. También en La Genealogía de la Moral de 1887: “La rebelión de los esclavos en la moral (Sklavenaufstand in der Moral) comienza cuando el Ressentiment mismo se vuelve creador y engendra valores: el Ressentiment de aquellos seres a quienes les está vedada la auténtica reacción (eigentliche Reaktion), la reacción de la acción, y que se desquitan únicamente con una venganza imaginaria… Los ‘bien nacidos’ (Wohlgeborenen) se sentían a sí mismos cabalmente como los ‘felices’; ellos no tenían que construir su felicidad artificialmente y, a veces, persuadirse de ella, mentírsela, mediante una mirada dirigida a sus enemigos (como suelen hacer todos los hombres del resentimiento)… Mientras que el hombre noble vive con confianza y franqueza frente a sí mismo (gennaios, es decir: ‘aristócrata de nacimiento’, subraya la nuance ‘franco’ y también sin duda ‘ingenuo’), el hombre del resentimiento (Mensch des Ressentiment) no es ni franco, ni ingenuo, ni honesto y derecho consigo mismo… Una Raza (Rasse) de tales hombres del Ressentiment acabará necesariamente por ser más inteligente que cualquier Raza superior (vornehme Rasse), venerará también la inteligencia en una medida del todo distinta: a saber, como la más importante condición de existencia.” (Genealogie der Moral, Erste Abhandlung: “Gut und Böse”, “Gut und Schlecht”, 10) ¿Cómo puede la triunfante Alemania de 1872 regenerar la Grecia trágica y su forma estado si su aliado y compañero de viaje es el niedere Volk, el vil populacho? En su madurez nuevamente vemos el hilo rojo de Ariadna que atraviesa toda la evolución intelectual de Nietzsche y el eco tardío de sus conferencias de 1872 resuenan con más tono y radicalidad en 1880: “Llevar lechuzas a Atenas. Los gobiernos de los grandes estados tienen en sus manos dos medios para tener al Pueblo sometido, para hacerse temer y obedecer: un medio más burdo, el Ejército (Heer); un medio más sutil, la Escuela (Schule). Con ayuda del primero ponen de su parte la ambición (Ehrgeiz) de las clases superiores y la fuerza (Kraft) de los estratos más bajos, al menos en la medida en que estos poseen hombres activos y robustos, medianos y mediocremente dotados. Con la ayuda de otros medios, tales como el talento de la pobreza (begabte Armut), ganan sobretodo las semipretensiones intelectuales de los pauperizados estamentos medios. Se crean, ante todo, por los profesores de todas las categorías, una corte intelectual que aspira a “subir”; acumulando obstáculo sobre obstáculo contra la escuela privada o la educación particular que el Estado odia de modo especial, se asegura la disposición de un número muy grande de plazas que se codician, constantemente por un número sin duda cinco veces superior al que sería suficiente, de ojos ávidos y devoradores. Pero estas situaciones no deben alimentar a sus hombres sino muy congruamente; así es como el Estado mantiene en ellos la sed febril del Progreso (Fieberdurst nach Beförderung), ligándoles más estrechamente aún a las intenciones gubernamentales. Pues es mejor mantener un descontento benigno, muy preferible a la satisfacción, madre del valor, abuela de la libertad de espíritu y de la presunción. Por medio de este cuerpo docente, material e intelectualmente sujeto por las bridas, se eleva entonces, bien que mal, a toda la juventud del país, a un cierto nivel de instrucción útil al Estado, y graduado según la necesidad; ante todo, se transmite casi imperceptiblemente a los espíritus débiles (ehrsüchtigen Geister), a los ambiciosos de todos los estamentos, la idea de que sólo una dirección de vida reconocida y estampillada por el Estado conduce inmediatamente a desempeñar un papel socialmente.(Menschliches, Allzumenschliches, Zweiter Band, Erste Abteilung: “Vermischte Meinungen und Sprüche”, #320)


Bildung aristocrática y selección de la especies: Más adelante Nietzsche recuerda la prioridad de la acción, el futuro horizonte de lucha, el pronóstico de una lucha victoriosa sobre la Völksbildung de Bismarck: “ese Espíritu Alemán, que se ve combatido hasta ese punto…es valiente: luchando conseguirá salvarse, abrirse camino hacia un período más puro (reinere Periode), y conservará –siendo como es noble y consiguiendo como conseguirá la victoria– cierto sentido de compasión hacia la esencia del Estado, y lo excusará de su alianza con semejante Pseudocultura (Pseudokultur), ya que la situación del Estado es extraordinariamente penosa y embarazosa. ¿Quién puede hacerse la idea de los difícil que es la misión de gobernar a los hombres (Menschen zu regieren), es decir: de conservar la Ley de la Raza, el Orden, la Tranquilidad y la Paz (Geschlechtes Gesetz, Ordnung, Ruhe und Frieden), una multitud de millones que, en su inmensa mayoría, es descomedida, egoísta, injusta, irracional, inmoral, envidiosa, malvada y, por si fuera poco, bastante limitada y extravagante [de defender a los pocos a que ha tocado en suerte alguna posesión contra el número enorme de quienes no tienen otra cosa que la fuerzas de su cuerpo]… Un Estado en esas condiciones tan lamentables se une a cualquier camarada, como cuando se ofrece espontáneamente con frases pomposas, como por ejemplo Hegel, que lo llama ‘Organismo ético absolutamente perfecto’ (absolut vollendeten ethischen Organismus) y establece como tarea de la ‘Formación’ (Bildung) que cada cual encuentre el lugar y la situación en que pueda servir del modo mejor al Estado.” (BA, III, p. 228). El párrafo no puede ser más polémico. Nietzsche para explicar la dificultad de gobernar a los hombres de manera adecuada, coloca lexicográficamente en primer lugar de la agenda política del Estado ideal el problema de conservar las Geschlechtes Gesetz, eligiendo con precisión la palabra “Geschlecht” y acoplándola junto a la palabra “Gesetz” (Leyes). Geschlecht en idioma alemán tiene el significado de sexo, género, estirpe, generación, linaje o raza, dependiendo del contexto. Si, de manera inversa, buscamos acepciones de la palabra “Raza” en alemán, nos aparece, en cualquier diccionario completo desde el siglo XVII, la palabra Geschlecht. Si buscamos sinónimos de raza, Rasse, nos aparecerá Art, Blut, Blutsverwandtschaft, nuevamente Geschlecht, Schlag, Sippe, Sorte, Spezies. Geschlecht es usada en documentos burocráticos y administrativos en investigaciones de la ciencia, como por ejemplo Geschlechtskrankheit (enfermedades sexuales), o en Schiller quien dice que falsch ist das geschlecht der menschen. Contextos de uso como un término descriptivo sin connotaciones emocionales. En otros contextos, cuando se utilizan verbos como “haben” (tener) o “sein” (ser o estar) o como el de Nietzsche (pero también en el mismo Heidegger o en la jerga del nacionalsocialismo durante el IIIº Reich) su significación da un vuelco dramático e ideológico. Se puede utilizar para señalar un linaje aristocrático (como los usa Lutero), noblesse de race, basado en la sangre y en el suelo, en genealogías raciales. Por ejemplo: Phoenix soll ein einiger Vogel seines geschlechtes sein in der gantzen Welt, es decir: “El ave fénix debe ser el único pájaro de su especie (linaje, estirpe o raza) en el mundo entero”. En cambio das deutsche Geschlecht (Martin Heidegger), sería “la Raza de los Alemanes”.; o bien Das harte Geschlecht von heute ist Bürge der Zukunft, es “la Raza dura del presente es la garantía del futuro” (del jurista nazi Ernst Forsthoff). El énfasis de Nietzsche destacaría que las leyes de selección de linajes o razas y su correcta aplicación al Menschen zu regieren, al gobierno de los hombres, es la primera tarea esencial de un estado. Dada la enorme enemistad de Nietzsche en esta época con la despreciable influencia latina, continuadora de la decadencia bimilenaria, es posible que desechara el uso de Rasse (aunque también la utiliza como ya vimos) por su etimología latina, por ser una römische Wörter. Parte de las conferencias son largas peroratas sobre retornar al uso del alemán más original y auténtico en los institutos. También para diferenciarse del propio Kant quién introdujo las palabras del francés Race (y clasificó a las razas del mundo en cuatro categorías) y o del esquemático sello darwinista que le había dado Galton o Gobineau en la segunda mitad del siglo XIX. Pero estas son especulaciones.


Contra la Ilustración radical: en el mismo párrafo se vuelve a la carga en su obsesivo combate contra Hegel, como superación y punto de llegada de la Ilustración más radicalizada y peligrosa. Ilustración que actúa creando valores e imágenes, y con ello satisfaciendo en la masa una necesidad fisiológica: “necesita, hablando fisiológicamente, de estímulos exteriores para poder en absoluto actuar, su acción es, de raíz, reacción.” La Aufklärung radicalizada sólo ha traído “la aparición de la democracia, de los arbitrajes de paz en lugar de las guerras, la igualdad de derechos de las mujeres, de la religión de la compasión y de todos los demás síntomas que hay de la Vida disminuida (absinkenden Lebens).” Peor aún: ha destruido el nexo productivo, trágico y dionisiaco, entre las masas y los líderes. La multitud ya no es más un Werkzeugdes Genius, instrumento manso del Genio. Para el Nietzschéisme, que caprichosamente inventa una corte epistemológico entre el Nietzsche canónico y el Nietzsche joven anterior a 1874, ya está aquí preanunciada la Zähmung (concepto que en alemán es derivado de la zoología y significa doma, amansamiento, represión) y su otro par, la Züchtung (también derivado de la zoología, significa cría y selección de tipos superiores) de la filosofía educativa del legislador del futuro, que Nietzsche desplegará en su magnum opus de 1883/86 Also spracht Zarathustra. Como curiosidad de la hermenéutica de la inocencia del Nietzschéisme digamos que Gianni Vattimo, ante la innegable presencia incómoda de estos conceptos a lo largo del pensamiento filosófico-político de Nietzsche, recomienda leerlo allegoricamente, “alegóricamente”, una ridiculez filológica. La idea es la manipulación de las pulsiones (Nietzsche utiliza dos términos intercambiables Trieb e Instinkt), la labor metódica de hacer de un animal peligroso y autónomo, otro pasivo, controlable e inofensivo. En esto Nietzsche siguió con coherencia la cristalización de sus ideas de los años 1870’s. Dice en el aforismo 272 de su libro Morgenrothe (Aurora) de 1881: “La purificación de las razas (Die Reinigung der Rasse). Probablemente no hay razas puras, sino solamente razas depuradas, e incluso éstas son muy escasas. Las más frecuentes son las razas cruzadas (gekreuzten Rassen) en las que, junto a defectos de armonía en las formas corporales (por ejemplo, los ojos y la boca no se corresponden), se observan necesariamente faltas de armonía en las costumbres y en los juicios de valor (Livingston oyó decir: ‘Dios creó a los blancos y a los negros, y el diablo creó a los mulatos.’) Las razas cruzadas producen siempre, a la vez que Culturas cruzadas (gekreuzte Culturen), moralidades igualmente cruzadas (gekreuzte Moralitäten): generalmente, éstas son las peores, las más crueles y las más inquietas. La pureza (Reinheit) es el resultado último de incontables asimilaciones, absorciones y eliminaciones, y el progreso hacia la pureza (der Fortschritt zur Reinheit) se manifiesta en que la fuerza (Kraft) existente en una raza se limita cada vez más a determinadas funciones escogidas, mientras que antes se tendía con frecuencia a realizar demasiadas cosas contradictorias. Esta limitación tendrá siempre la apariencia de un empobrecimiento, pero hay que juzgarla con prudencia y equidad. Una vez acabado el proceso de depuración (Process der Reinigung), todas las fuerzas que antes se perdían en la lucha entre cualidades sin armonía, están ahora a disposición del conjunto del organismo (gesammten Organismus): por eso las razas depuradas son siempre más fuertes y más hermosas (wesshalb reingewordene Rassen immer auch stärker und schöner geworden sind). Los griegos constituyen un ejemplo de una raza y de una civilización depurada del modo que acabo de indicar, y es de esperar que algún día se logre también crear una raza y una civilización europeas puras (reine europäische Rasse und Cultur).” (M, Buch IV, #272) Es curioso este rassistisches Vokabular que abre una amplia serie de cuestiones. Es polémica entre los especialistas y el Nietzschéisme la relación entre Nietzsche y el reconocido padre del racismo moderno, el aristócrata Joseph Arthur, Comte de Gobineau, que fue contemporáneo del propio Nietzsche, que mantenía relación con Ernst Renan, Alexis de Tocqueville y Paul Bourget (todos ellos autores leídos y admirados por Nietzsche) además de pertenecer al círculo áulico de Richard Wagner en Bayreuth y escribir en la revista oficial del wagnerismo, los Bayreuther Blätter. Wagner escribía entusiasmado en Heldentum und Christentum: “La más noble raza humana, la raza aria, degenera únicamente, pero infaliblemente, porque, al ser menos numerosa que los representantes de las otras razas, se ve obligada a mezclarse con ellas, y lo que ella pierde al adulterarse no es compensado por lo que ganan las demás al ennoblecerse.” Hay más: señalemos que Paul Rée, el amigo e interlocutor privilegiado en la edad “iluminista” de Nietzsche y que tanto influyó intelectualmente, también era lector del aristócrata francés y en su Psychologische Beobachtungen (1875) lleva escrito el epígrafe en francés de una frase de Gobineau ¡que es la misma que usa Schopenhauer! No sólo el motto: muchos racionamientos psicofisiológicos y deducciones morales de Rée se fundamentan en la psicología de las razas de Gobineau. El grueso de los trabajos más importantes de Gobineau fueron escritos entre 1849 y 1872, y se pueden dividir en dos grandes bloques: uno de obras históricas y de viajes (era diplomático francés) y el segundo en torno a la cuestión racial. Su visión político-ideológica destila una adversión mortal contra la cultura de masas y la democracia representativa, la desigualdad ontológica entre las razas, así como una justificación del incipiente colonialismo de Europa. Entre esta última producción se destaca su clásico Essai sur l’inégalité des races humaines, que apareció entre 1853 y 1855. El nudo básico es la prognosis que la decadencia y degeneración de Europa a lo largo del siglo XIX se debe a la mezcla interracial, les roisements interraciaux et dégénération…El libro fue ignorado en su propio país, Francia, pero fue un éxito editorial en las naciones de lengua alemana. Lógico: en su libro sostenía que la raza aria, les ariens, eran la raza pur sang de la entera humanidad: “La race germanique était pourvue de toute l’énergie de la variété ariane. Il le fallait pour qu’elle pût remplir le rôle auquel elle était appelée” (Essai, vol. 1, p. 1161). El Nietzschéisme trata de liquidar la influencia de Gobineau tachándolo de “determinista racial” o que son dos mundos diferentes que no se tocan. Nietzsche no habría “interpretado racialmente” los textos de Gobineau, como intenta de exorcizar en su Nietzsche, philosopher, psychologist, antichrist (1950) Walter Kaufmann: “not interpreted racially”. Conjuro canónico que repetirán con más o menos variaciones todos los nietzscheanos hasta el día de hoy. Pero este Gobineau mecanicista y burdamente racial, un perro de paja que se derriba con facilidad, no es el real. En Gobineau el término Race no es meramente antropológico ni tiene un trasfondo simplista biológico. Más decisivo para su pensamiento es el conjunto orgánico de clases y razas: la noblesse en la que figuran los más valiosos elementos raciales, el desprecio por la burguesía (melange de razas y las clases bajas racialmente inferiores con altos componentes de razas de color, negra y amarilla). De esta manera, Gobineau ganó un esquema explicativo reaccionario de las revoluciones contemporáneas (del ciclo de epidemias saturnales 1789-1848-1871), los procesos de democratización y la pérdida de poder de las elites tradicionales. Son las consecuencias inevitables de la creciente degeneración de la mezcla racial. Incluso Gobineau tiene todo un capítulo donde analiza la inteligencia y destreza de la raza judía… Schopenhauer, el maestro de Nietzsche y paradigma del educador del futuro, había leído y aprobado a Gobineau y lo citaba textualmente sin problemas en sus Parerga und Paralipomena (1851), directamente en francés: 'l'homme est l'animal mechant par excellence' y, viceversa, Gobineau era calificado en los círculos culturales como un auténtico schopenhaurianne, discípulo fiel y leal de sus enseñanzas. Nietzsche ya había leído Parerga… a lo largo del año 1865, del mismo año es la carta donde se despierta el interés, seguramente inducido por Schopenhauer, de estudiar seriamente a Gobineau: en una carta a su familia de diciembre de 1865, Nietzsche le reclama de regalo de Navidad los Essai sur l’inégalité des races humaines, seguramente en francés, ya que la primera traducción completa en alemán recién llegaría en 1898 (KSB 2, 101). Hay otra mención a Gobineau, en el Nietzsche maduro, en una carta a su amigo y secretario Heinrich Köselitz (Peter Gast) del 10 de diciembre de 1888, donde es mencionada positivamente la teoría de Gobineau y la visión del mundo de la noblesse francesa contra Richard Wagner y su espíritu anti alemán (KSB 8, 516). No se conservan en la actualidad libros de Gobineau en la biblioteca personal de Nietzsche en Weimar, aunque se sabe de la pérdida de muchos: su hermana Elisabeth ha confesado que Nietzsche tenía en su poder varios libros de Gobineau que se han extraviado. La hermenéutica de la inocencia intenta eliminar además, in toto, todo rastro del interés de Nietzsche por la biología, eugenesia, medicina y las ciencias naturales. Pero ya no se puede hablar de lectura metafórica en ningún caso. Ahí están sus propias palabras confesionales en Ecce Homo: “Una sed verdaderamente ardiente se apoderó de mí: a partir de ese momento no he cultivado de hecho nada más que Fisiología, Medicina y ciencias naturales, incluso a auténticos estudios históricos he vuelto tan sólo cuando la tarea me ha forzado imperiosamente a ello.” (EH, capítulo “Humano, demasiado humano. Con dos continuaciones”, #3).


El Stimmung reaccionario:


“...todo ser humano, con toda su actividad, no tiene dignidad (Würde) más que en la medida en que, consciente o inconscientemente, es instrumento del Genio (Werkzeugdes Genius)” (FV, 776)


Nietzsche no está solo en este combate contra la educación general burguesa, la mezcla de castas y razas y el estado-máquina enfrentado mortalmente a la república de los genios. El Zeitgeist de la reacción contra la consolidación de la hegemonía burguesa está en sintonía con sus pensamientos. Autores cercanos, como su maestro y amigo en la Universidad de Basilea el historiador conservador Jacob Burckhardt o el admirado-leído filósofo, filólogo e historiador reaccionario francés Joseph Ernest Renan, entre otros, comparten sus temores y también su prognosis catastrofista. La forma burguesa de dominio, basada en la nivelación y la atomización, hace valer su legitimidad destruyendo la posibilidad de referirse a órdenes naturales, jerarquías sociales tradicionales, por ello el terreno privilegiado para el crecimiento de la democracia capitalista y su correlativa ideología del optimismo y el progreso. Ya en 1860 Renan, por ejemplo, confiaba a la alta instrucción selectiva y elitista la misión de solucionar la crisis y cauterizar la soziale Frage en Europa: “Hasta que no se haya destruido en Francia esta falsa idea según la cual la educación sirve sólo para cultivar e instruir al pobre, lo que equivale hacer nacer en él las necesidades y ambiciones de imposible satisfacción, nada será conquistado de manera definitiva…” (La Réforme intellectuelle et morale de la France, 1871, OC I, p.14). La educación general da voz a las aspiraciones de la “máquina brutal” y alimenta la envie, la envidia democrática con desastrosos efectos sociales para la civilización. Los savants son los representantes del espíritu, colocados en el vértice más alto, escala que presupone la no-libertad de las masas, de el “hombre de la multitud”, que queda clausurado en un herradura vital que oscila entre un obtuso materialismo de la jouissance (mero goce) y el sacrifico ciego a ideales que no comprende. Nada de instrucción para el pueblo, receta Renan, sino religión. Una enseñanza laica, científica y extensiva a todos es un peligro ya que la foule, la masa no puede y no sabe sostener el efecto crítico, que finalmente se descarga sobre los mismos pilares del orden social. Renan dirá que la instrucción primaria y universal es un obstáculo para la creación del grand homme, ya que despoja al pueblo de su instinto natural de abnegación, obediencia y de sacrificio. Renan no tiene dudas que el proletariado no sufre ninguna injusticia ya que es una raza determinada con fatalidad: “La nature a fait une race d'ouvriers” (La Réforme intellectuelle et morale,1871, p. 94.) También aquí aparece el problema de la mezcla racial, como en Nietzsche y Wagner, ya en 1856 Renan escribía al padre del racismo moderno Gobineau que “l'immixtion des races tout à fait inférieures aux grandes races ne ferait qu'empoisonner l'espèce humaine.” No debemos olvidar que los Dialogues de Renan fueron escritos bajo la impresión de la Commune de Paris. El conocimiento de Renan por Nietzsche se remonta a los años setenta y por supuesto conocía su fanática oposición a toda instrucción popular. Le llama el “alegre y fragante historiador”… Su maestro y amigo Burckhardt no se queda atrás: comparte con Renan las preocupaciones expresadas sobre los riesgos y efectos no deseados de una educación extensiva y meritocrática. Para él la instrucción generalizada y democrática, la Volksbildung en Alemania y Francia no puede más que arrojar mortales consecuencias, entre ellas en la cultura, al transformarse la formación en un vehículo a través del cual “la miseria deja de ser políticamente muda”, las necesidades de las masas artificialmente inducidas aumentan en búsqueda de la felicidad burguesa y se expande el egoísmo materialista, ligado a la ilusión de progreso: “el optimismo que desborda por todas partes, sin excluir a nadie y alcanza, hacia abajo, a los obreros, los que deliran poder conquistar un bienestar absoluto y desproporcionado al estado general de la sociedad. “ (Briefe, VI, p, 55). Ambos, Renan y Burckhardt, tan cercanos a Nietzsche, comparten el pesimismo como Weltanschauung del destino de la Europa burguesa pero tienen soluciones políticas opuestas. A ambos le preocupan que los gobiernos populares, “de abajo”, sin contener el dispositivo de la continuidad dinástica, sin ya poder legitimarse en un orden natural jerárquico, pudieran determinar en una degeneración de la forma-estado. Pero Renan pronostica el surgimiento del “Cesarismo”, el Césarisme, punto de llegada natural de la destrucción de las autoridades tradicionales y las jerarquías naturales por parte del estado popular, de la machine d'état; Burckhardt llega a una ideología de la resignación y del apartamiento aristocrático y lamenta que el aparato de estado se convierta en objeto de conquista e instrumento de demagogia en manos de aventureros demagógicos o los nuevos partidos obreros. Es obvio que todos ellos tienen como objeto primordial de su combate ideológico los componentes básicos de la idea de la educación de la Ilustración: el optimismo, la perfectibilidad, el progreso, la felicidad y la autonomía moral. El genio y sus condiciones de reproducción lo es todo; la masa, los “menos”, nada: “Existe un puente invisible entre un genio y otro – tal es la verdadera ‘historia’ real de un pueblo; todo lo demás no es otra cosa que una innumerable y pálida variación en un material de peor calidad, copias de manos inexpertas” (KSA VII, p. 417) dirá Nietzsche.

(Nicolás González Varela)

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lunes, agosto 10, 2009

Nietzsche y el Comunismo (IV): Contra el Iluminismo popular

Maldición de la Modernidad:


“Pero, preguntando una vez más: ¿qué se quiere? Si se quiere una meta, se han de querer los medios; si se quieren esclavos — ¡y se necesitan! —, no se les tiene que educar para ser Señores.” (F. Nietzsche, Nachlass)


Hemos estado analizando la serie de conferencias públicas sobre la educación en la Alemania del IIº Reich, ante un selecto auditorio de personalidades intelectuales y líderes políticos conservadores que Nietzsche realizó a lo largo de 1872 durante su estadía en Basilea. Son las últimas intervenciones político-polémicas del filósofo en la arena pública y paralelas al desarrollo de varios escritos importantes, en especial El nacimiento de la Tragedia, y preludio a sus futuras Consideraciones Intempestivas. Al parecer tuvo un público numeroso, que le permaneció fiel a lo largo de sus exposiciones, según el propio Nietzsche señala al editor de Wagner, Fritzsch “este invierno he dado… seis conferencias públicas… Cada vez tuve aproximadamente 300 oyentes: desde los lados más diferentes se me ha exhortado a imprimir estas alocuciones. Y también yo tengo gran interés en que se impriman bien y bellamente.” En realidad no fueron seis, sino cinco: Nietzsche se cansó y suspendió la última conferencia sin explicaciones para irse al lago de Ginebra con su amigo Immermann. Diremos que unas conferencias ignoradas o subestimadas por el canon del Nietzschéisme, a pesar que el gran biógrafo, Janz, señala que “con estas conferencias Nietzsche toma definitivamente el derrotero en el que lo habremos de ver hasta el final.” La tercera conferencia, la Dritter Vortrag, tuvo lugar el 27 de febrero de 1872 y la consideramos la parte práctica del programa reaccionario del Partei Wagner centrada en mostrar los efectos degenerados y decadentes de la formación y educación universal de los ciudadanos. Nietzsche no tolera los “gastos extras” del dominio burgués, no consiente semejantes reformas ni tolerancia socrática para aceitar la máquina del estado bourgeois. Y su prognosis es inquietante: “La ‘Formación General’ (Allgemeine Bildung) no es más que un estadio previo del Comunismo (ein Vorstadium des Communismus): por esta vía la formación se debilita tanto que ya no puede prestar ningún privilegio (Privilegium)… La formación más general, es decir: la barbarie (die Barbarie), es precisamente el presupuesto del Comunismo (die Voraussetzung des Communismus)… El profesor de filología no duda en derivar un programa práctico para la coyuntura del IIº Reich de Bismarck. Un Bismarck que había despertado tantas esperanzas en el propio Nietzsche. En esto también coincidimos con la apreciación de Janz que en estas conferencias “se presenta con sus reivindicaciones crítico-culturales, que también contienen una buena dosis de crítica social.” Por supuesto: el Nietzschéisme las ignora completamente: ninguno de sus hagiógrafos o comentaristas (de Kaufmann a Vattimo) se digna ni siquiera en comentarla, salvo para descartarlas como Derrida (en el capítulo “Otobiographies” de su libro L'oreille de l'autre de 1982) o para subinterpretarlas como Giorgio Colli. La interpretación de Colli es paradigmática, es la tendencia a estrechar los textos nietzscheanos, sofocarlos en torno a ideas filosófica eternas y académicas. Para el hagiógrafo Colli, aunque se ve forzado a reconocer el hybris aristocrático, el tema central de estas conferencias se reduciría a la contraposición burckhardtiana tra Cultura e Stato, entre cultura y estado, “y sobre la enemistad radical que existe entre esos dos poderes.” Una muestra de la hermenéutica insostenible del Nietzschéisme. Por supuesto que Nietzsche es más grande y más complejo que sus propios seguidores y sobrevive a su culto bizco. Sólo hay que leerlo bien, lentamente, como reclamaba. El problema de la instrucción en Europa, ligado a la nacionalización de las masas, la Commune de Paris y el surgimiento de la figura del proletario, que concernía especialmente al modelo francés y alemán, era de gran actualidad en la agenda política de las clases dominantes. El progreso como fenómeno es un affaire privado y exclusivo que concierne a los savants, a la parte aristocrática de la humanidad; el saber es una dinámica de acumulación y de transmisión elitista de milenarias energías intelectuales. La educación obligatoria y extendida a las masas es presentada por Nietzsche como no sólo la negación misma de la esencia alemana sino que representa la quintaesencia de la Neuzeit burguesa. El objeto polémico detrás de la errancia y desvío de la forma estado de Bismarck se identificaba, vis-à-vis, con la tendencia e influencia del subversivo Hegel. Detrás de Hegel la misma Ilustración, la Aufklärung, el Iluminismo en su versión radical. Una larga decadencia que comenzaba en Sócrates, bimilenaria declinación que se había iniciado en la edad dorada de la Grecia arcaica y trágica. Y Nietzsche, que clamaba a gritos porque se lo interpretara correctamente, no quería que confundieran su äusserst Kritik, plena de hybris reaccionaria, con demagogia liberal o algún tribuno socialista: “Con estos predicadores de la igualdad no quiero yo ser mezclado ni confundido. Pues a la Justicia me dice así: ‘los hombres no son iguales’” (KSA IV, p. 130) En sus conferencias, recordemos que están literariamente construidas como un diálogo platónico entre un Philosoph (vagamente un híbrido entre Schopenhauer y Richard Wagner) que dialoga con unos estudiantes universitarios en el medio de un bosque, Nietzsche vuelve una y otra vez sobre la cuestión del estado y sus fines. Se pregunta ¿qué fin puede tener el Estado más allá de la tendencia inquietante, la befremdlichen Tendenz del hegelianismo? El hegelianismo como filosofía política oficial, advierte Nietzsche a su selecto auditorio, aunque pretenda que beneficia a la estabilidad (Fortdauer) y a la fuerza (Kraft) de un estado, en este caso el del IIº Reich, para supuestamente alcanzar una omnipotencia igual a la alcanzada en la Antigüedad, su efecto es el contrario. Si su objetivo es la perfección del género humano y el perfeccionamiento de la existencia humana (fines abstractos y vacíos, idealistas), genera justamente la degeneración y la decadencia. Nietzsche va a determinar los verdaderos fines (radicalmente anti hegelianos, esencialmente anti burgueses) de su concepción estatal: “La esencia del estado griego se mantuvo muy alejado… de ese fin utilitario (Utilitätsrücksicht), que consiste en admitir la Cultura sólo en la medida en que se beneficia al Estado y en aniquilar los impulsos que no resulten utilizables sin más para sus fines… para los griegos… el Estado no era para su cultura un guardián de fronteras (Grenzwächter), un regulador (Regulator), ni una institución de protección (Schutzanstalten) sino un compañero de viaje, un camarada sólido y musculoso, equipado para combatir (muskulöse zum Kampf gerüstete Kamerad), que acompañaba a través de realidades rudas al amigo más noble, casi divino, y a cambio recibía su admiración y gratitud… en cambio en el Estado Moderno (moderne Staat) eso no ocurre… dicha tendencia estatal (Staatstendenz) está en guerra –declarada o no– con el auténtico Espíritu Alemán (echten deutschen Geiste) y con cualquier Cultura que de él pueda emanar… el espíritu cultural que es beneficioso para esa tendencia estatal debe proceder de una esfera que no tiene ningún punto de contacto con el auténtico Espíritu Alemán. O sea, con el espíritu que nos habla tan maravillosamente de la esencia íntima de la Reforma alemana, de la música alemana, de la filosofía alemana… esa Pseudocultura (Pseudokultur)… ha usurpado el nombre y la dignidad del auténtico Espíritu Alemán y bromea abiertamente con la palabra ‘Alemán’ (Deutsch).” Llegado a este punto Nietzsche repite, con más o menos fidelidad, su teoría de la forma-estado, Der griechische Staat, desarrollada en el texto que iba a ser parte de El Nacimiento de la Tragedia y luego eliminado por consejo de los Wagner. Cuando Nietzsche dice en su lenguaje esópico “griego” se debe leer como dórico y su paradigma, como en Platón (cuya influencia en su pensamiento político ya hablaremos) no es la Atenas del siglo V AC, sino la cruel Esparta del sigloVI AC. Pero tenemos más pistas sobre el propio desarrollo de la argumentación nietzscheana si nos derivamos a sus manuscritos, el valioso Nachlass póstumo.

En los fragmentos de otoño de 1871 titulados simplemente Bildung (Formación) la tendencia a democratizar la educación se opone a la generación y conservación de lo que Nietzsche denomina la “Aristocracia de nacimiento del espíritu” (Geburtsaristokratie des Geistes). Recordemos brevemente que la palabra Bildung es un pendant de la Ilustración y de la Gran Revolución francesa, un Schlüsselkonzept que identifica toda una tendencia político-filosófica. El término atesoró a lo largo de su historia diversas connotaciones: desde imagen (Bild), imitación (Nachbildung), forma (Gestalt), hasta cualidad intelectual, comportamiento, o costumbre. Bildung es in-mediatamente Moralisierung. También llegó a significar capacidad imaginativa y sus representaciones. Sin embargo, en el periodo de la Aufklärung se añadió de modo crucial y determinante un novísimo ámbito semántico: la educación para toda la humanidad, la cultura para llegar a la autonomía moral y con ella la dignidad del hombre. Este último campo de significaciones filosófico-políticas es del que se ocupa primordialmente Nietzsche. Kant define la cultura en el parágrafo 83 de la Crítica del juicio (1790) como “la producción en un ser racional de la capacidad de escoger sus propios fines”; en su escrito sobre pedagogía, Über Pädagogik (1803) define su idea de la formación, la Bildung: “Un principio del arte de la educación, que en particular debían tener presente los hombres que hacen sus planes, es que no se debe educar los niños conforme al presente, sino conforme a un estado mejor, posible en lo futuro, de la especie humana; es decir, conforme a la idea de Humanidad y de su completo destino. Este principio es de la mayor importancia.” (ED, p. 79) También Kant presenta su articulación: “la Educación (Erziehung) [como] los cuidados (sustento, manutención), la disciplina y la instrucción, juntamente con la Formación (Bildung), formación moral.” Para Kant la educación (que siempre busca formar al hombre a fin de que pueda vivir como un ser que actúa libremente) se divide inicialmente en Cuidados, Moralización y Bildung. La Bildung kantiana se divide a su vez en dos: en Disciplina (negativa) y en Cultura (positiva). Como decía Kant en la Bildung “es donde yace el gran secreto de la perfección de la Naturaleza humana”. En términos kantianos podríamos decir que la Naturaleza humana no debe ser un principio constitutivo de la Educación. Y no debe determinar positivamente ninguna existencia. La idea de que en algo previo, como un Ordnung de la Naturaleza, pueda considerarse como ya existente la finalidad para la cual tiende la razón, es lo que Kant llama perversa ratio (usteron proteron), una razón invertida ya denunciada en su Crítica de la Razón Pura (1781). Si el hombre es perfectible, es capaz en ciertas circunstancias de aprender lo que le falta: es entonces educable, “el hombre es la única criatura que debe ser educada” dirá Kant. Pero, contra Nietzsche avant la lettre, esa identidad únicamente puede ser afirmada a partir de un proceso educativo que prefigure la autonomía de la voluntad moral (libre arbitrio). Es evidentemente contradictorio determinar la Naturaleza humana independientemente de ese proceso. No podemos, dirían los Illustriert, en nombre de una Naturaleza definida arbitrariamente a priori, imponer fines dictatoriales a la Bildung, al sistema educativo en general, ni rebajar su formación a un adiestramiento. La Natur del hombre es producida por el proceso educativo que ella misma no puede determinar a priori, salvo cayendo en el vicio lógico de la perversa ratio. La Kultur kantiana finalmente se compone de Instrucción, Habilidad y Prudencia. Las mismas máximas, incluso radicalizándoles, son seguidas por otros pensadores del idealismo alemán, como Fichte, Hegel o el pedagogo Pestalozzi. Para Nietzsche todo esto carece de sentido, la tarea eterna de la Kultur es “la organización de las Castas intelectuales.” Y los problemas de la perversa ratio lo tienen sin cuidado.


Cultura auténtica y geistigen Aristokratie: Bildung en alemán es un concepto más genérico que educación (Erziehung), recoge otras significaciones (imagen, forma, conducta, imaginación); es una formación integral ciudadana que se vincula también con un proyecto cultural comunitario, con una cultura (Kultur). Cuando se menciona Bildung es equivalente a Aufklärung: una crítica de la Bildung, de la formación, sería una crítica interna al proyecto ilustrado in toto, como ya dijimos. Sigamos nuestro desarrollo: en sus manuscritos Nietzsche agrega notas adicionales a su conferencia: “es necesaria una restricción (Verengerung) en contraposición a la tendencia hacia la extensión (de la educación)…” y reconstruye los fundamentos de esta Tendenz burguesa que amenaza con disolver la eternas jerarquías naturales: “1) el optimismo de los economistas políticos…; 2) el miedo ante la opresión religiosa; 3) la fe en las masas, la falta de fe en el Genio (der Glaube an die Masse, der Unglaube an den Genius)” (Nachlass, 14, 11). Nietzsche está atento a la nueva ciencia burguesa, la Economía Política, en Alemania llamada “Economía Nacional” (en el Nachlass aparece como Nationalökon[omen]), como ya vimos anteriormente contra las constantes interpretaciones que señalan a Nietzsche como un pensador alejado de los temas políticos o económicos. En una carta de esa época su amigo el aristócrata von Gersdorff le aconsejaba el estudio de la Economía Política y, en particular, que leyera los textos del socialista Ferdinad Lassalle (a quién Nietzsche llamaba irrational grandeur), ya que sólo de esa manera podrá comprender “la denominada ‘Cuestión Social’”, la emergencia del Socialismo y del Comunismo, la creciente inquietud del proletariado europeo, “esta peste de toda civilización superior.” (B, I, 3, p. 224/229). Lassalle y muchos ideólogos de las revoluciones de 1848 se discutían en el círculo de Richard Wagner. Malwida Rivalier von Meysenbug, amiga íntima de Nietzsche y Wagner (ella le presentó a la mayoría de sus amigos, incluído Paul Rée) recuerda en Memoiren einer Idealistin (Memorias de una Idealista, 1876) que Nietzsche leía textos políticos de todas las tendencias socialistas, incluso de revolucionarios como del ideólogo del “socialismo campesino”, el insigne filósofo materialista y economista ruso Alexandr Herzen. Además se mantenía al tanto de los acontecimientos políticos de coyuntura, lo recuerda por la mañana trayendo un gran paquete de periódicos, y además su enorme interés por von Bismarck que nunca decayó. Malwida cuenta que leía un libro recopilatorio de cartas de Bismarck a su familia, Briefe Bismarcks an seine Familie y que le dijo tener ein großes Interesse für Bismarck, un enorme interés y que aunque ahora era de alguna manera un renegado (por su diferencias con el Volkstaat guillermino, populista y burgués) reconocía su valor y que él mismo había sido un camarada político del Canciller de Hierro, un Glaubensgenossen. Von Meysebung discrepaba con muchas posturas reaccionarias, con el pathos aristocrático de Nietzsche y sugestivamente anotó: “Das Ich Nietzsches ist die Verneinung aller Ethik, denn es ist das Ich in seiner impotenten Vereinzelung, der Egoist, sei er auch noch so begabt.(El Yo de Nietzsche es la negación de toda ética, porque no es otra cosa que el Yo en su separación impotente, el egoísta, no importa cuan talentoso sea ese ego.” Sabemos que conocía al filósofo político y revolucionario francés Pierre-Joseph Proudhon, el archienemigo de Karl Marx, por el testimonio de la madre de uno de sus estudiantes favoritos Adolf, Marie Baumgartner. Por ella nos enteramos también de la lectura de Max Stirner y que en 1874 Nietzsche prestó a su hijo la obra de Stirner, sacada de la biblioteca de la universidad de Basilea. Ida Overbeck, esposa de su amigo Franz y además amiga confidente en los 1870’s, testimonia que “cómo, en presencia de su alumno Adolf Baumgartner, Nietzsche designó la obra de Stirner como “la más audaz y consecuente desde Hobbes” y en otra anécdota ilumina sus intereses político-filosóficos: “En una ocasión, cuando mi marido había salido [Nietzsche] conversó un ratito conmigo y mencionó a dos elementos que ocupaban su atención y con los que se sentía emparentado. Como en todas las ocasiones en las que adquiría conciencia de una relación interna, se mostraba muy animado y feliz. Un poco después topó con Klinger entre los libros de casa: ‘¡Mira!’, dijo, ‘con Klinger me he equivocado mucho. Era un filisteo, ¡No!, con él no me siento emparentado. Pero Max Stirner, ¡ése sí!’. Y al decir esto, un gesto festivo recorrió su cara. Mientras yo me fijaba en sus rasgos con tensión, éstos cambiaron de nuevo, hizo con la mano algo así como un movimiento de ahuyentar y dijo susurrando: ‘Ahora se lo he dicho a usted, cuando en realidad no quería hablar de esto. Olvídelo de nuevo. Se hablará de un plagio, pero usted no lo hará, ya lo sé’” (según recuerda su amigo Carl Albrecht Bernoulli, en sus memorias Franz Overbeck und Friedrich Nietzsche, p. 238). Klinger no es otro que el artista simbolista, impresor y escultor Max Klinger, amigo de Georg Brandes (que sería el primer divulgador académico de Nietzsche), wagneriano, muy influenciado por el culto a la Grecia trágica (representado en sus obras como el eterno conflicto entre Apolo y Dioniso) y un darwinismo muy elemental y simplista. Klinger, a pesar de ser acusado de Philistine, realizará varios bustos de Nietzsche en 1903, uno bronce y otro en mármol que aún se conserva en el antiguo Nietzsche-Archiv de Weimar.


Pero abandonemos los intereses de Nietzsche por la política y volvamos a su polémica sobre la educación burguesa. Contra la Bildung populista y burguesa del Reich Guillermina Nietzsche propone que tome la palabra en diseñar el plan educativo de Alemania (y de toda Europa) la cruda y nuda Naturaleza. Hier spricht die Natur ihr Wort, su orden piramidal sagrado, amoral y eterno, para que institutos y centros de formación se midan en función con esta verdad primordial. La Bildung de la Ilustración deber ser reemplazada no por la vieja educación del Ancien Régime sino por una nueva educación: “Porque la educación (Erziehung) no es sino liberación (Befreiung)... ella es imitación y veneración de la Naturaleza, en lo que ésta tiene de maternal y compasiva. Es, en fin, la consumación (Vollendung) de la naturaleza lo que lleva a plenitud su obra, previniendo sus golpes despiadados y crueles y haciéndolos mutar en bienes, cubriendo con un velo las expresiones de sus pensamientos de madrastra y su triste falta de comprensión” (SE, 341). La Cultura para Nietzsche tiene un solo objetivo: “...la producción del Genio, esto es, la meta de toda Cultura...” (SE, 358). La oposición de hierro “masas-genio” no es dialéctica, sino diferencia y repetición, jerarquía y distancia, y su validez la otorga la Urwahrheit, una verdad anterior, pre-lógica, antisilogística y anti-idealista: “el principio educativo correcto sólo puede ser el de relacionar de una manera adecuada a la gran Masa (größere Masse) con la Aristocracia Espiritual (geistigen Aristokratie): esta es la verdadera tarea de la Cultura…; la organización del Estado del genio (Geniestaates) –ésta es la verdadera República platónica.” Todo lo demás es pura ingeniería decadente burguesa, antinatural, subordinaciones falsas, unnatürlichen Unterordnungen, que tienen en común su falta de fe en el papel esencial en la generación de una Cultura auténtica de los genios. El sistema educativo para las amplias masas es diseñado también por Nietzsche. Los “No-genios” (Nichtgenius) simplemente recibirán una educación elemental para que en primer lugar “1) aprendan a obedecer y ser modestos (Hesíodo);” y después de esta domesticación humana se pasaría al segundo momento: “2) correcto conocimiento sobre los límites de cada profesión; 3) disponibilidad para el Genio y reunir materiales para el Genio.” (Nachlass, 14, 13) La cita de Hesíodo no es caprichosa: Nietzsche tiene una larga relación intelectual con el poeta beocio desde sus estudios en Pforta y luego en sus trabajos de filología: en la revista Literarisches Centralblatt für Deutschland, una recensión “Die hesiodische Theogonie, ausgelegt und beurtheilt von G. F. Schoemann”, otro trabajo filológico, “Certamen quod dicitur Homeri et Hesiodi. E codice florentino post Hericum Stephanum denuo edidit Fridericus Nietzsche Numburgensis”, escrito en 1870 para la Acta societatis philologae Lipsiensis; el trabajo “Der Florentinische Tractat über Homer und Hesiod, ihr Geschlecht und ihren Wettkampf” (El tratado florentino sobre Homero y Hesíodo, su raza y su certamen), aparecido en la Rheinisches Museum NF, (1870/1873). Y por supuesto Hesíodo aparece en sus clases como docente en Basilea entre 1869 y 1876. Pero: ¿porqué Nietzsche enlaza a Hesíodo con la fórmula educativa de amansamiento de las masas, con la Gehorsam zu lernen und Bescheidenheit? En los Erga Hesíodo recupera el valor del trabajo para las clases humildes y populares, es un heroísmo ya no homérico sino una areté proletaria pesimista, basada en la servidumbre reconocida, en la sumisión a severas leyes como casta con su propia independencia y status jurídico.


Preanunciando su teoría del eterno retorno ya aquí Nietzsche observa tareas universales y eternas de un estado subordinado al privilegio de la aristocracia de nacimiento: “la organización de Castas intelectuales, la tarea eterna de la Cultura” (“Organisation der intellektuellen Kasten” die ewige Aufgabe der Bildung). El estado no debe tener otros fines que un “servicio mayeútico para el nacimiento del Genio” (Nachlass, 18, 3). El filólogo no se equivoca en la elección cuidadosa de cada palabra y en el efecto político en el lector: ya no Klassen, clases (organización moderna de la bürgerlich-kapitalistische Gesellschaft), tampoco estamentos, Ständeordnung, como en el Ancien Régime o en el análisis de la filosofía del derecho de Hegel, sino un cruel sistema de castas. Un sistema autoritario, piramidal y centrado en la figura del genius Führer, pretensión aristocrática que Nietzsche la llama poéticamente como la “unilateralidad divina (göttlichen Einseitigkeiten)”. Es sorprendente la continuidad en el Nietzsche maduro, que en realidad no evoluciona, sino se cristaliza, no cambia, sino se endurece: El Orden de Castas (Ordnung der Kasten), que es la Ley suprema, dominante (dominierende Gesetz), es tan sólo la sanción de una Orden de la Naturaleza (Natur-Ordnung), de una legalidad natural de primer rango, sobre la que ningún capricho, ninguna ‘Idea Moderna’ (‘moderne Idee’) tiene poder. En toda sociedad sana se distinguen, condicionándose recíprocamente, tres tipos de diferente gravitación fisiológica (physiologisch verschieden-gravitierende Typen), cada uno de los cuales tiene su propia higiene, su propio campo de trabajo, su propia especie en cuanto a sentimiento de perfección y su propia especie de maestría. Es la Naturaleza, no Manú, la que separa entre sí a los preponderantemente espirituales, a los preponderantemente fuertes de músculos y de temperamento, y a los terceros, que no destacan ni en una cosa ni en la otra, los Mediocres, –esto últimos son el gran número; los primeros, la selección. La Casta Suprema –yo la llamo ‘Los Menos’ (Die oberste Kaste – ich nenne sie die Wenigsten)– tiene también, por ser la perfecta, los privilegios de los menos: entre ellos está el de representar en la Tierra la Felicidad, la Belleza, la Bondad. Sólo a los hombres más espirituales les está permitida la belleza, lo Pulchrum est paucorum hominum (Lo bello es cosa de pocos hombres): el Bien es un privilegio (das Gute ist ein Vorrecht).” (El Anticristo; #57).

El rizo reaccionario es virtuoso: el Nietzsche de 1888 es un eco del Nietzsche de 1872. Si el IIº Reich se presentaba luego de la derrota de la socrática Francia en Sedán como la posibilidad de un renacimiento de la Grecia trágica, porque como señalaba Nietzsche “tiene de su lado el más grande y potente aliado, la Naturaleza (Natur)”, el “Iluminismo popular” (Nietzsche le llama significativamente Volksaufklärung) abre la amenaza no sólo de la vulgarización sino que ningún privilegio pueda ser justificado. Ahora el imperio guillermino es un representante más del “socratismo científico”, de la penosa tendencia hegeliana que erosiona y pospone el auténtico Espíritu Alemán. La dirección actual de la reforma educativa de Bismarck, señala, es antinatural (Unnatürliches) porque “no cree en la pirámide intelectual, en el Genio (den Unglauben [an] die intellektuelle Pyramide, an den Genius) (Nachlass, 18, 2). Por eso el IIº Reich es esencialmente inauténtico, se desgermaniza, entdeutschen. El Ordnung de la Naturaleza tiene como “intención llegar a la perfección. El Genio es en este sentido atemporal… el fin de la formación es proteger la Naturaleza para este perfeccionamiento atemporal… un Pueblo conquista a través de sus Genios el Derecho a la Existencia (Recht zur Existenz): Utilidad Suprema (höchster Nutren).” Y Nietzsche vuelve a sintetizar su programa pedagógico: “Tarea de la Formación: 1) llevar a cumplimiento al Genio (den Genius zu vollenden); 2) allanarle el camino, hacerlo posible; 3) ayudarlo en su actuación venerándolo; 4) descubrirlo.” Y Nietzsche anota con realismo político las perspectivas político-prácticas de sus metas, su inactualidad: “¡Tarea suprema y difícil!” (Nicolás González Varela)

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